
Bastante mejorable el artículo de opinión de hoy en El País del economista, muy mediático, José Carlos Díez. Se titula «Entre Clinton y Corbyn» y recoge la opinión del autor sobre cuál debe ser el camino de la socialdemocracia los próximos años, «comparando» dos modelos, uno el demócrata y otro el laborista.
Mi calificación no es tanto por la opinión sino por las justificaciones argumentales que emplea. Para empezar, el megautilizado mecanismo de comparación entre MODERNO vs VIEJO. Si alguien de los que lea este artículo responde a la cuestión de ¿qué quiere ser o moderno o viejo? Estoy completamente seguro que si lo hacemos de forma mecánica querremos ser modernos, lo antiguo se quema. Pues señoras y señores este es el primer argumento del autor. Mis reticencias a este argumento subyacen en mi creencia en que todo lo antiguo no es malo, ni todo lo nuevo es bueno. Llamadme loco si queréis. Tampoco entiendo porqué lo moderno es la opción de Clinton y/o Obama incidiendo en todo aquello que nos ha llevado a esta situación, y no repensar un socialismo más adecuado a las circunstancias actuales, que intente revertir las consecuencias que el mantra neoliberal ha instaurado en nuestras vidas.
Argumenta que lo que se debe hacer es lo que ya hizo el famoso Isidoro al separar al PSOE del marxismo. Moderno que fue entonces y lo bien que le ha ido a la sociedad de nuestro país. Oh, wait! Otros opinamos que empezar a caminar desde cero no fue fácil, pero nada que ver con si marxismo sí o marxismo no. Igual tuvo que ver más con el retraso histórico que arrastrábamos y por la ilusión de una sociedad que quería libertad, no confundamos con Capitalismo.
Obama ha creado 15 millones de empleos en ocho años, sí, ¿y? Lean por ejemplo este artículo, «During Obama’s Presidency Wealth Inequality has Increased and Poverty Levels are Higher«, de Rick Baum. O también pueden leer este, «La desigualdad entre ricos y pobres en EEUU es cada vez mayor«, nota de Euopapress. A ver si les va a pasar como en España que creamos puestos de trabajo pero aumenta la pobreza laboral.
Pero es que hay una cosa que parece no importar demasiado al autor y es cómo están afectando las inercias de la globalización neoliberal a los países occidentales. Cuando afirma que:
«El modelo de los años setenta que defiende Corbyn suponía que los europeos y estadounidenses, que éramos el 20% de la población mundial, nos quedábamos con el 80% de la renta y el 99% de la riqueza mundial. Para conseguirlo comprábamos materias primas a precios bajos que mantenían en la pobreza extrema a millones de personas en Asia, África y América Latina.
Por fortuna el mundo ha cambiado y hoy los países emergentes ya tienen el 55% de la renta mundial, la tasa de pobreza extrema en el mundo está en su nivel más bajo de los últimos 150 años y sus ciudadanos también aspiran a ser socialdemócratas».
Este cambio afortunado ha llevado a las «clases medias» (eufemismo para ocultar el verdadero conflicto) de Occidente a pagar la mejora de rentas de los anteriormente pobres del Sur y/o Asia. Pero los ganadores de todo este tiempo continúan siendo los mismos. ¿Cómo no van a apoyar los «empresarios» la campaña de Clinton? O quizás sean ejecutivos o financieros.

Hay que destacar que Clinton hace lo mismo que ha hecho el PSOE hasta ahora, decir unas cosas y aprobar otras diferentes, que además, acababan actuando en contra de la primera promesa. Por ejemplo, Clinton ha afirmado que el Cambio Climático es una amenaza para la seguridad norteamericana. Ante esta declaración uno supondría que este asunto sería de los más importantes en campaña. PUES, NO. Lo utilizó cuando estaba en campaña de primarias contra el izquierdista Sunders. Ahora, sólo lo nombra alguna vez pero de refilón. (Lean este artículo de la BBC (en inglés): «US election: Hillary Clinton and Donald Trump compared to world leaders«.
En lo que sí que coincido con el autor es en el párrafo en el que afirma que:
«La socialdemocracia, si quiere transformar la sociedad, debe ganar elecciones y es fundamental que cuando debatan sobre economía no sientan que están conspirando socialmente».
Tiene razón, en todo. Pero creo que la estrategia que pretende aconsejar sería más adecuada para un mercado electoral duopolista, como el americano. Programas similares en lo económico y pequeñas diferencias en lo social. En la actualidad, al menos en Europa, los mercados electorales son cada vez más oligopolísticos, tres o cuatro partidos que compiten, y la estrategia jamás puede ser la misma.
Cuando el autor compara a Corbyn con Clinton, es como si comparara manzanas y ovejas. Ni es el mismo mercado, ni las empresas contra las que compiten son semejantes, ni las propias empresas comparadas se parecen en nada.
Lo que sí intuyo es un cierto deseo utópico cuando confía en la «innovación» como elemento solucionador de los problemas reales de la Humanidad, como podría ser el Cambio Climático. En eso, también coincido, pero sólo en lo utópico de mis objetivos.
La socialdemocracia europea, según el autor, debe ser como el Partido Demócrata norteamericano (menuda innovación, ¿no?). Así, la idiosincrasia europea ya coincidirá con la americana si en un pequeño salto más nos pasamos al Protestantismo calvinista. ¿Quién dijo que la Globalización era sólo económica? Que manera más sutil de construir unos Estados Unidos del Mundo.
En mi opinión, el autor plantea una salida a la socialdemocracia bastante hilarante. Ahora, que estáis perdidos, después de haber recorrido unos caminos que no conociáis, que no debiáis recorrer, ahora, la salida es continuar por esos caminos. Lo de regresar por el camino recorrido y elegir otra senda, no parece MODERNO.
En conclusión, un artículo de opinión.
Sí, como el mío.
Ciao
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