
Son bien conocidos los argumentos de los negacionistas del cambio climático, no creo que haga falta repasarlos. Entre ellos encontramos a personas de todo tipo, pero son los políticos, por su capacidad de revertir esta situación, los más visibles. En España, gente como Rajoy (lean mi carta), Hernando y Aznar, entre otros, pero, ¿qué pasaría si el Presidente de los USA fuese uno de estos negacionistas?
Pues, así es. Trump ha declarado que no se cree la «mamandurria» del cambio climático y su causa humana. Aunque hace poco ha suavizado esta postura considerando a los humanos como una de las posibles causas. Además, ha pensado en la miembro del Tea Party republicano, Sarah Palin como Jefa de Energía del gabinete del nuevo Presidente, pueden ver y escuchar como habla ella misma sobre ella misma recomendando su candidatura para este puesto:
¿Qué ocurrirá si los USA deciden dar un paso atrás en su, muy nuevo, compromiso con el medio ambiente?
La intención es permitir perforar Alaska para la extracción del petróleo que guarda en sus entrañas. Si aumenta la demanda disponible de petróleo, una bajada de sus precios provocará un inminente crecimiento de su demanda como fuente de energía, con las consecuencias consabidas en cuanto a emisiones.
También falta saber el efecto global sobre el comercio y la renta de los ciudadanos del mundo. Si observamos la Curva de Kuznets ambiental:

Pues depende. ¿De qué depende?
De si aumenta el ingreso por habitante mundial, o no. Y también dependerá de si nos encontramos en el tramo creciente de la curva o en el decreciente. Muchos forofos del librecambismo señalan que un mundo sin fronteras, aumenta el comercio, y esto, al final repercute en menor contaminación. Lo que se afirma en esta teoría se cumple sólo cuando los efectos cruzados de tres situaciones así lo permiten. En Zilio (2012) se explica la relación entre estos tres efectos
- Efecto escala. Es el que se explica por el simple hecho de un mayor comercio, supone una mayor producción y por tanto mayor daño ambiental.
- Efecto composición. Es el que tiene que ver con que un nivel determinado de riqueza hace que las economías pasen de una economía industrial a una de servicios, mucho menos contaminantes[i].
- Efecto tecnología. Vendría a explicar cómo a partir de cierto nivel de ingresos se demandan bienes y servicios más respetuosos con el medio ambiente, invirtiendo las empresas en tecnologías menos dañinas y contaminantes.
En conjunto, el sentido final de los tres efectos no queda claro. Aunque el efecto escala parece lógico, el efecto composición y el tecnológico no lo son tanto para el caso que nos incumbe.
Demasiados condicionantes para hacer afirmaciones tan categóricas, pero en cualquier caso, miedo dan tanto el nuevo capitán como su tripulación.
Aunque deberíamos ser conscientes que hasta el momento, tras «nosécuantas» cumbres, acuerdos, y programas de RSC de grandes multinacionales, tampoco es que hayamos sido ejemplares.
En el siguiente gráfico vemos cual ha sido la evolución de la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) por parte de los USA. Todo un récord.

Es evidente que cualquier disminución en las emisiones de este tipo de gases ha venido provocada por la crisis del 2007 y sus consecuencias. Es lo que le ha sucedido a España, donde continuas reducciones en las emisiones se celebraban como un éxito de las políticas en la lucha contra el cambio climático. En el momento que ha regresado el crecimiento económico, crecimiento de las emisiones (lean este artículo o este).

Bueno, tampoco hemos sido ejemplo, lean esta noticia.
A pesar de lo que pretenden hacernos creer, el crecimiento económico va asociado al aumento de emisiones. En esta entrada de la web de la Universitat de València se dice los siguiente:
«Un estudio realizado en 98 países del mundo analiza la relación entre tráfico comercial y contaminación. Los autores indican que un aumento en la producción y comercialización de bienes supone también un incremento en los índices de contaminación. Aun así, esta afirmación debe matizarse ya que no siempre se puede aplicar de la misma manera a todos los países. El informe demuestra que, a pesar de que el aumento en la producción y comercialización de bienes se concibe también como un incremento directo en la contaminación, en algunos países desarrollados se puede revertir en efectos positivos».
Fijémonos que cuando hablan de los efectos positivos nos introducen algún tipo de condicionalidad en el enunciado de la frase. Es que, en los países desarrollados el desarrollo de políticas medioambientales y la evolución de la RSE ha venido acompañado del fenómeno de la deslocalización. Empresas que antes fabricaban en países desarrollados de altos ingresos que se han desplazado a zonas con legislaciones ambientales más favorables. En el siguiente gráfico lo apreciamos sólo para el CO2, no se han reducido las emisiones globales.

En mi opinión, Trump puede empeorar lo que ya está realmente mal, pero dar lecciones, pocas. Lo que realmente debemos hacer es cambiar el sistema que nos está llevando al desastre. Cuando parece que existe esperanza cazando a empresas mentirosas, al final, quien lo acaba sufriendo son los trabajadores (lean sobre VW).
Los remendos éticos, no han servido, las sanciones las pagan otros, las esperanzas políticas se han marchado por el desagüe de la evidencia…
¿Qué nos queda?
Ah, sí, la sociedad civil. La que tiene la culpa de que todo funcione bien. Sí, lo he dicho bien.