Desconfianza. Un lastre para la economía.


Si de algo estamos seguros los economistas en esta crisis provocada por el COVID19 es que todo es incierto. Al no poder predecir el comportamiento del virus no podemos aproximar, a un nivel aceptable, las consecuencias económicas.

Si sabemos que está teniendo un impacto sobre la oferta y sobre la demanda agregadas. Conocemos que había empezado a influir en el coste de financiación, pero el BCE estuvo rápido e implementó sus medidas no convencionales. Sin ir más lejos, ayer (19/05/2020), Lagarde dió otra muestra más de que el BCE va a estar cuidando el sector financiero europeo (forward guidance). Aunque hasta el amor más intenso se puede acabar.

El problema que se observa en el horizonte es el tiempo. ¿Cuánto tiempo podrán los estados mantener los estímulos fiscales para mantener la demanda? ¿Cuánto tiempo podrán mantener las ayudas a las empresas para que no cierren?

En este sentido, debemos tener en cuenta las expectativas del sector privado, pues sería este el que debería coger el relevo del público para relanzar la actividad económica. El Índice de confianza Empresarial, publicado por el INE, ya mostraba el pasado 16 de abril como la confianza de las empresas había disminuído este segundo trimestre un 26.9% respecto al primero. El Índice de confianza Empresarial Armonizado (ICEA) se situaba en su nivel más bajo, 95.5, desde el principio de la serie en 2013.

Los consumidores tampoco muestran especial confianza en la situación económica. Según el Índice de Confianza del Consumidor, elaborado por el CIS, en el mes de abril, se situaba en 49.9 puntos, cayendo respecto a marzo debido sobretodo al impacto de la situación actual más que a las expectativas, que también descendían pero muy poco. Hay que señalar que estos datos son muy malos, comparables con los que hubo en el 2008 y 2012 (gráfico).

Fuente: ICC. CIS.Abril 2020

La preocupación que existe detrás de estos datos son la evolución de la economía, pero, especialmente, la del mercado de trabajo.

Y algunos datos más que ahondan en esta preocupación son los que proporcionó el CIS en su barómetro de mayo. Huelga cualquier comentario.

Fuente: Barómetro Mayo 2020. CIS

Esperaremos a ver cómo se comporta el virus durante este verano. La posibilidad de vivirlo con más o menos normalidad influirá bastante en un cambio de viento en la economía. Pero no perdamos de vista que nuestro comportamiento actual va a condicionar nuestra situación futura. Seamos responsables nos interesa a tod@s.

En mi opinión, la V se aleja.

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