El 13 de Noviembre de 2015 pasará a ser una de esas fechas ennegrecidas por la acción de unos desalmados, que sembraron París de sangre y desconcierto. Pero en esta entrada no voy a hablar del atentado, pues los medios están rebosantes de información de «último minuto», conocemos la vida y obra de los malditos criminales, de su familia, aparecen expertos en mil y un tema relacionado con el mundo musulmán.
Voy a dedicar estas líneas a destacar lo que de positivo puede tener todo este desastre.
En primer lugar, destacaría el crecimiento económico que puede provocar el incremento del gasto público en Francia. Sí, parece ser que el país galo, va a incumplir el compromiso de déficit debido al incremento del gasto por la lucha «antiterrorista». Es importante observar como eso que parecía incuestionable puede cuestionarse, el déficit se puede incumplir pero depende el motivo. Si incrementas las partidas sociales del gasto público se te acusará de populista, pero en cambio, el gastar en misiles es necesario para la Democracia.
En segundo lugar, tras la invasión de expertos en diversos temas, militares, política, geoestrategia, economía, mundo árabe, mundo musulmán, etc., podemos avanzar que un elevado número de españoles terminará por distinguir entre árabe, musulmán, chiíes, suníes. Incluso, los más avezados, distinguirán entre nacionalidad y religión. Muy importante este punto para aquellos que quieren echar a musulmanes franceses de Francia para enviarlos a su país.
En tercer lugar, se va a poner de manifiesto la existencia de dos bandos. Este apartado es el más extenso pues como asegura Nacho Vegas en una de sus canciones «siempre hay dos bandos«. Algunos, llevan tiempo dividiendo la sociedad entre españoles y «moros», pero como ya hemos avanzado antes, que uno puede sea español y moro, a la vez, es algo que algunos aprenderán en estos días. Otros, nos hemos asustado cuando nos hemos dado cuenta de que después de todo lo sucedido existen dos bandos muy diferenciados, el de censurados y censuradores. Abrir la boca intentando poner en valor conceptos como el de la diversidad (cultural), defender a los musulmanes, a los refugiados, se consideraba apoyar de forma encubierta a los terroristas, por lo que la propia sociedad ha actuado como censuradores, o censores de los osados que pretendían aiear un discurso distinto al de la mayoría. Un ejemplo de esto último es lo sucedido hoy en un programa de 13TV, canal propiedad de la Iglesia, en el que en un debate muy sesgado desde un principio, basándose en informaciones parciales y opiniones, se estaba justificando la respuesta militar al atentado. Como nadie puede oponerse a ese discurso de la verdad, de lo que es normal, cuando Beatriz Talegón ha tratado de poner luz a tanta opinión sensacionalista la han expulsado del plató. Miren el vídeo.
También se puede apreciar la existencia de dos bandos si hacemos una distinción entre los medios españoles y los del resto del mundo (ver también, o sobretodo, éste). No sorprenderá a nadie si digo que también hay quien se beneficia económicamente y quien no. Pero los dos bandos que deben quedar al final de todo serán el bando de los fanáticos – formado tanto por musulmanes, cristianos, ateos, y cualquier otra creencia, pero defendida de forma tenaz y desmedida – y los demócratas que han sabido discernir y separar la sinrazón, que aderezaba la historia.
¿Y dónde está lo positivo de este tercer asunto?
Pues que cada vez somos más los que nos cuestionamos todo lo que nos cuentan esos medios de desinformación cuando pretenden crear opinión pública. Los medios españoles han quedado en evidencia ante su público y la opinión internacional. No informan, nos dicen qué y cómo tenemos que pensar. También, han acabado imponiéndose los demócratas a los fanáticos en las convesaciones en redes sociales y cafeterías. Mucha gente, tras el primer momento de indignación, ha sabido sacar su visión crítica y se la ha planteado a esos fanáticos, que acusan a otros fanáticos, de fanáticos.
Si algo se ha puesto de manifiesto entre toda esta mierda es que HAY ESPERANZA.