Parafraseando al expresidente uruguayo, Pepe Mújica, debemos medir lo que nos cuestan las cosas no por el dinero que nos cuestan, sino por el tiempo que nos cuesta ganar el dinero que nos cuestan. Genial, como siempre.
En demasiadas ocasiones el bien común que nos presentan los dirigentes suele ir acompañado de una rebaja de derechos y también de salarios. Reconozco que también me pasa, que al final sólo es dinero y para qué voy a pelear, pero ¿y si lo analizamos desde otro punto de vista?
La ecuación del tiempo vital de un trabajador en edad de trabajar sería tiempo trabajado más tiempo ocioso. Por lo que si cada vez destinamos más tiempo al trabajo será a costa de nuestro tiempo de ocio.
Otra interpretación que podríamos hacer es que el mercado está valorando cada vez menos nuestras vidas. Sí, lo quiero decir, nuestras vidas para los que nos pagan valen cada vez menos. El motivo es que la vida de quien nos paga se la valora cada vez más.
son las típicas contradicciones a las que se enfrenta el sistema. Nos encontramos con que la vida de un asalariado vale menos que la del inversor (capitalista) y que la de empresario-gestor (los directivos ven incrementado su poder adquisitivo durante la crisis) en términos monetarios y de tiempo. Supongo que este será el motivo por el que resulta más fácil despedir a asalariados (valen poco) que cambiar de gestores. También otra contradicción es la que se produce entre mi tiempo de descanso y mi tiempo de trabajo, en la que también pierdo ocio por trabajo.
Esta reflexión se la deberían hacer también los autónomos y/o pequeñas empresas que sufren en propia carne una deflación en el valor de sus vidas. O díganme si no es verdad, que cada vez deben trabajar más para poder mantener su empresa o negocio. Es el mismo barco “emprendedores”, aunque pretendan hacer creer lo contrario.
Analicemos lo que sucede en Grecia. Después de cinco años de recortes los griegos, sus vidas, valen la mitad que antes de la crisis, la suya. Su vida, la de estar con amigos y familiares, se valora a la mitad de lo que se hacía antes. Pero además, con las medidas que les imponen desde la Troika la de sus hijos y nietos no va a tener demasiado valor. Todo porque unos irresponsables mintieron y otros, también irresponsables, quieren cobrar. ¿Cuántas veces habéis oído que no deberían haber gastado lo que no tenían? Además de ser una gilipollez, se cargan el sistema financiero con esa afirmación, no han sido los ciudadanos los que han gastado sino la casta de gobernantes corruptos.
Muchas de las enfermedades actuales tienen que ver con la insatisfacción que las personas encuentran con su vida. Deben aparentar lo que no son, decir lo que no sienten, hacer lo que no quieren, y encima sentirse culpables por su «enfermedad». Simplemente, tranquilas, el enfermo es el sistema y las posiciones que lo sustentan, fuera de cualquier lógica social.
Si desde las posiciones ideológicas hegemónicas nos dijeran que a partir de ahora disfrutar de nuestros hijos, leer un libro, ir a la playa, nos va a resultar casi prohibitivo porque vamos a trabajar más tiempo y por menos dinero, la percepción de las medidas sería negativa. Pero si nos dijeran que va a ser más caro porque mientras los que mandan han jugado, han hecho trampas y han perdido, pero no quieren ver reducido su poder adquisitivo, que valoran estar con sus familias, leer un libro, ir a la playa. ¿Qué os parece?
Nos han dado una oportunidad para vivir y disfrutar de un tiempo, en el que si te equivocas no dispones de más. Y estas entidades, que desconozco pero dominan el mundo, han decidido que mi vida vale menos para que la suya valga más. El mecanismo de distribución no lo explican.
Se nos dice que vivimos en libertad, que la democracia y el capitalismo van cogidos de la mano. Pero algo falla cuando la vida de una persona no vale lo mismo dependiendo de su origen, sexo y profesión. Las personas debemos recuperar la colectividad de nuestras vidas y olvidarnos del “ficticio” milagro del éxito individual. Jamás seremos felices si las personas de nuestro alrededor no lo son. Y en este momento, muchas están sufriendo.