NECESITAMOS UN CAMBIO EN EL SISTEMA EDUCATIVO


Llevo unos años que dedico mi horas laborales a formar a trabajadores en diferentes ámbitos que van desde el administrativo hasta diseño de viajes combinados u organización de eventos. Con ello no pretendo decir que sé de muchas cosas, sino más bien que conozco la Formación Profesional.
Se nos machaca desde medios de comunicación, Gobiernos y sociedad con el socorrido mensaje de: “España tiene demasiados titulados universitarios y pocos técnicos, que son los que hacen falta a las empresas”.
Primero, España no tiene demasiados titulados universitarios, todos deberíamos ser universitarios y tener una carrera. Sí, sé perfectamente lo que he escrito, TODOS con CARRERA. La obtención de un título universitario no te capacita para trabajar en una empresa, pero tampoco debe servir para eso. En mi caso, soy titulado en Economía y en Empresariales, al acabar ambas titulaciones me decían que para qué tanto título si no sabía hacer lo que se me pedía en la empresa. Pero un titulado es capaz de razonar el porqué de las cosas, y eso para qué sirve, pues para todo. Sirve para entender que hay cosas que se hacen de determinada manera y se pueden cambiar, sirve para cuestionarnos cualquier aspecto que se considere inamovible. Si decimos que sobran titulados universitarios, estamos diciendo que no hace falta que pensemos. Las empresas no quieren a gente que cuestione los procedimientos, quieren fuerza laboral que obedezca lo que se les pide.
Si pensamos en el sector educativo público, las empresas solicitan que se adapten los currículos a sus necesidades. Están pidiendo dinero público para formar a su fuerza laboral. En este caso, ¿no sería más conveniente que pagaran ellas mismas esta formación? (soy el colmo de neocon)
En este punto entraría la Formación Profesional, dónde directamente se forma a un trabajador de un determinado sector con recursos, eminentemente, públicos. Cuando se acaba su etapa formativa en el centro educativo, el alumno debe formarse en el centro de trabajo durante unas 400 horas (en los ciclos superiores). Pues, voilà,  trabajadores para ser incorporados al mercado laboral y con formación específica. Seguro que las empresas nos los quitan de las manos.
Situación real: Durante el periodo de prácticas las empresas enseñan a los alumnos lo que deben hacer durante tres meses. Tardan en ello, una semana. Las 9 semanas restantes los alumnos son utilizados para trabajar, a precio reducido, GRATIS en el caso de los alumnos de ciclos. Os pongo el caso de un hotel de temporada. Enviamos a alumnos de ciclos en el mes de abril que aprenden un montón de preparar habitaciones para la apertura (limpiar), si sabe idiomas va a recepción. Se acaban las prácticas y pedimos para ver si se quedan trabajando y nos responden que no tienen presupuesto para un trabajador. Preguntamos al alumno, nos cuenta que donde él estaba, ahora hay un titulado extranjero que hace las prácticas de 6 meses en España. Es decir, toda la temporada restante. Si sumamos las dos prácticas nos darán los 9 meses que dura la temporada. El año siguiente lo mismo.
Existen casos, ciertos, en qué se pide al alumno si se puede quedar más tiempo de prácticas, después de las 400 horas. Se les contesta que no, que les hagan un contrato y les paguen. “No tenemos presupuesto” su respuesta. Necesitáis a una persona que ocupe un puesto pero no queréis pagarle, creo que esto tenía un nombre. La Economía clásica dice que contrates a alguien si su trabajo genera un rendimiento superior, sino no lo contrates. Es lógico por tanto que se nos pidan técnicos para ocupar puestos de trabajo, pero si después no los contratas, “¿por qué no te callas?”
El problema en este país es más profundo que el mercado laboral, es un problema de mentalidad empresarial que continúa pensando en el trabajador como un gasto. Al mismo tiempo, se considera a la publicidad como una inversión. Dice muy poco de una cultura empresarial que exige hasta modificaciones del sistema educativo. Hoy es el día y aún no he visto a una “publicidad” comprando un producto, en cambio a un “trabajador” más de una vez.
Los trabajadores necesitan de renta para poder adquirir productos que venden las empresas. Si dejamos a los trabajadores con la mínima renta de subsistencia, muchas empresas tendrán que cerrar. Será entonces cuando se nos volverá a exigir cambios en el sistema educativo.
Deberíamos ser conscientes que si somos abanderados del “recorte” en “gastos innecesarios”, “superfluos”, “deficientes” igual deberíamos hacer a las empresas partícipes de que estamos tirando el dinero en formación profesional por ellas. ¿Las hacemos pagar? Empezamos a hacerlo por la sanidad y la educación básica, en las universidades; lo podemos hacer también en la formación profesional.
¿Y si cambiamos el enfoque de las empresas?
Fdo.: Un profe indignado y preocupado.

 

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