Acostumbro a argumentar que en el Capitalismo el problema está en la supeditación de un factor sobre otro, el capital sobre el trabajo. ¿Cómo se explica que habiendo muchos más trabajadores que capitalistas se mantenga este equilibrio? Pues, esta supeditación puede mantenerse debido a la gran cantidad de mensajes que nos teledirigen haciéndonos creer que es el éxito individual el que va a cambiar el orden establecido.
Nos comen el cerebro, de manera coordinada, individualizando nuestra acción para que los dominadores continúen siéndolo sin demasiado esfuerzo. Es la Ley Natural, que ese grupo dominador, ha creado para su gozo y disfrute.
Empezar a mover, aunque levemente, esta rueda de molino que nos impide desplazarnos hacia otra realidad es cuestión de actitud. Uno mismo es el primer paso, pero no suficiente. Debemos empezar a convencer a los que tenemos a nuestro alrededor que ser felices pasa por ver felices a los de nuestro entorno. Que es una actitud que parte del YO pero que depende del NOS.
Cuantos más convencidos seamos más fuerte presionaremos y, por tanto, más fácilmente podremos romper las cadenas del «no hay alternativa» que nos impiden imaginar ese futuro.
Me preocupa mucho ver como las generaciones jóvenes son cada vez más individualistas. El YO por encima del NOS, lo que acaba por autodestruir su propia felicidad individual. Y lo más frustante es que todo depende de nuestra propia actitud.
¿Qué nos impide cambiarla?
Hoy en clase voy a reproducir dos vídeos que me parecen adecuados para trabajar en grupo.
El primero va a ser un cortometraje de cómo cambia la vida de las personas cuando recibe una sonrisa como respuesta.
El segundo, uno que acostumbro a reproducir cada año a mis alumnos, donde Víctor Küppers en las charlas TEDxAndorra. Bestial.
Ya os contaré.
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