Planeta, personas, pero antes negocio.



Esta entrada trata de resolver unas dudas, por lo extraño de lo que me ha sucedido. Todos conocemos a Ikea, empresa de origen sueco, implantada en más de 40 países. Su modelo de negocio (su forma de generar ingresos) consiste en vender (distribuir) muebles a precios asequibles para un amplio rango de la población, a partir de los 20 años. Para obtener beneficios los costes deben mantenerse muy bajos. El margen de la empresa ronda el 16% o el 17%, con lo que se demuestra que su posicionamiento en el mercado es excelente. (Visita este enlace sobre IKEA y su modelo de negocio)

Pero, centrémonos en la sostenibilidad. La imagen que tenemos de Suecia es la de calidad de vida y respeto por el medio ambiente. Efectivamente, desde la compañía no ahorran en esfuerzos para demostrarnos que tienen el respeto por el medio ambiente y sus trabajadores en su core-business (creía que no usaría nunca este concepto). Han creado una “norma” propia, IWAY, en la que las empresas de su cadena de valor deben comprometerse a cumplirla.
Ayer, 2 de enero del 2014, fui a IKEA Palma, se me han roto unos enganches de una estantería de la cocina. Rápido y confiado me acerco a la tienda y los pido. Su respuesta es que esa estantería ya no la tienen y que, por tanto, los enganches tampoco. Pregunto si las piezas se fabrican particularmente para cada modelo, y su respuesta fue afirmativa. Me indigno, la estantería está nueva (5 años debe tener) y por unas piezas de plástico tan pequeñas no la voy a tirar. A pesar de dar vueltas y vueltas, no encontré una pieza parecida. Decido entrar en la web de la empresa, Anna no me aclara nada, y no voy a llamar a un 902.
Es en este momento en el que decido indagar en su política de responsabilidad social, y efectivamente, tienen muy claro que la sociedad está cambiando hacia unos estándares más exigentes sobre el respeto y defensa del medio ambiente. Es por ello, que me extrañó tanto la política de recambios que llevan. Es más barato cambiar de mueble. ¿Es esto respetar el medio ambiente?
¿Recordáis el concepto de “Obsolescencia Programada”? Consiste en hacer que los productos tengan una vida determinada, para que así se necesite adquirir otro nuevo, lo que permite la supervivencia del sistema. Al hablar de muebles, no parece muy apropiado el concepto, pero se adapta perfectamente a lo que pretendo decir. Hacen viejo un producto que todavía puede servir, lo que genera un uso innecesario de recursos así como basura. Además, lanzan novedades de temporada para que lo que tenemos sea “anticuado”, lo que provoca la “Obsolescencia Percibida”. (Enlace a entrada “Comprar, tirar, comprar” y al documental en RTVE).
En definitiva, la duda que se me plantea es:
¿PUEDE SER SOSTENIBLE EL MODELO DE NEGOCIO DE IKEA?
Si alguien me quiere responder puede hacerlo contestando a las siguientes preguntas:
1. ¿La política de precios bajos es coherente con una política laboral con salarios dignos tanto en la propia empresa como en su cadena de proveedores?
2. ¿La política de costes bajos es coherente con la protección del medio ambiente? Siempre se ha dicho que respetar el medio ambiente es más caro que no respetarlo.
3. ¿Los materiales que se usan como materia prima de los muebles lo hacen a su tasa de reposición? Me refiero que si utilizamos madera lo hacemos teniendo en cuenta que no volveremos a tener la fuente de madera hasta dentro de un tiempo (años).
4. ¿Es compatible con el respeto y cuidado con el medio ambiente no vender recambios? Se tendría que demostrar que es más barato (ecológica y económicamente) cambiar un mueble que vender un recambio.
5. ¿Es compatible con el Planeta y su cuidado exigir a sus proveedores que no contaminen (sólo) de forma “severa”?
6. ¿Se tienen en cuenta en el cálculo de los costes de producción los costes externos que genera el transporte de las mercancías a sus diferentes centros de venta?
7. ¿Y la contaminación que supone desplazarse hasta sus centros de venta?
Conozco los esfuerzos que hace la multinacional por cumplir aquello que dice ser, aunque podría ser que el problema se encuentre en el propio modelo. Deberíamos plantearnos llegados a este punto y ante una elección entre Planeta, personas vs. Negocio, ¿qué preferimos?
Es en esta decisión dónde realmente se aprecia si el lenguaje grandilocuente se corresponde a comunicación, simplemente, o si, además, se ajusta a los hechos.
Juzguen críticamente, y todos nos beneficiaremos.
¡¡¡Feliz 2014!!!
EDITADO (8/1/14): Debemos definitivamente cambiar de estantería al no encontrar recambios. Es algo que la compañía debería plantearse en su estrategia de sostenibilidad.

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