¿Pacto o juego de trileros?


principal-en-busca-de-los-trileros-esHay personas que son más listas que otras, aunque cabe decir que, en muchas ocasiones, no siempre coinciden estas con las que más saben. Digo esto porque me parece que el PSOE, mejor dicho el equipo negociador, se ha confundido en ambos conceptos. Bien ha ido de listo y no tiene ni idea, o bien, saben mucho pero son más tontos que Abundio en sus múltiples versiones.

En el juego de pactos y propuestas, este partido ha decidido pactar con Ciudadanos la política fiscal y económica, cosa que el partido naranja ha aceptado de muy buen agrado. A posteriori, ha ofrecido todo un paquete de medidas de política social a las fuerzas de izquierda, especialmente a Podemos, que lo han rechazado con rotundidad. El rechazo, buscado o no por el PSOE, de estas fuerzas ha servido como acicate para un ataque tremebundo hacia las formaciones del espectro siniestro ideológico. Las acusaciones han versado entre aquellos que dicen que lo único que se busca es el fin del PSOE, aquellos que envuelven el rechazo como un acto egoísta que va a provocar unas nuevas elecciones a costa de un mayor sufrimiento de la población española.

Ciertamente, de todo puede haber. Pero es que estas formaciones, aunque críticas con el Neoliberalismo, no son tontas y conocen las normas de funcionamiento del sistema.

Ahora, voy a citar algunas líneas de este documento de la ONU: (pincha aquí).

«(…)el gasto social público como parte del PIB se eleva con el ingreso, con países de
altos ingresos en el norte destinando la mayor cantidad.» (p.269)

«(…) los niveles adecuados de protección social y el aprovisionamiento universal de servicios sociales esenciales puede mejorar la distribución del ingreso y los activos en la sociedad, transformar las relaciones de género y ayudar a reconciliar la carga de la reproducción con la de otras tareas sociales. También fortalecen el potencial productivo de los miembros de la sociedad y protegen a las personas de los caprichos del mercado y de las circunstancias cambiantes de la edad. Lograr políticas sociales universales y reducir la pobreza y la desigualdad en los países en desarrollo requiere que tanto las políticas de gasto como de ingreso respondan a los principios de equidad, igualdad de género, redistribución progresiva y desarrollo económico sostenible. Esta sección analiza cómo las distintas fuentes de ingresos y los mecanismos financieros se relacionan con estos principios y dimensiones de la política social». (p.271)

Justamente hoy leí en un artículo de Ignacio Conde-Ruiz y Juan Rubio-Ramírez «Son los ingresos, idiota, los ingresos» donde se dejaba muy claro que el problema en España con el sistema fiscal es que recauda muy poco. Idea que comparto.

A nivel de economía doméstica, uno debe asumir que sus gastos deben adecuarse a sus ingresos. Esto es lo que enseña la OCDE en su curso de Economía Financiera:

«Antes de elaborar nuestro presupuesto es conveniente hacernos las siguientes preguntas:

• ¿Sabemos exactamente cuánto dinero ingresamos y cuánto gastamos cada mes?
• ¿Sabemos en qué gastamos cada euro?
• ¿Ahorramos todos los meses o gastamos todo el dinero que ingresamos?
• Si de pronto tuviéramos que aportar dinero para hacer un regalo a un compañero, que se marcha del centro porque han trasladado a su padre a otra ciudad, ¿contamos con una reserva de dinero para los gastos imprevistos?
• ¿Nos gastamos toda la paga del mes rápidamente?» 

(Guía Profesorado. Nivel I.p.21)

Mi duda está en si en el equipo negociador del PSOE son conscientes de esto, o si han pensado, que en la izquierda sólo gusta gastar sin importar de déonde viene la pasta.

Si analizamos el documento acordado entre PSOE y Ciudadanos no encontraremos por ningún lado las promesas de incremento de impuestos a los ricos, el IRPF no se modifica en sus tramos más altos tampoco, la promesa de control sobre las SICAV, la progresividad del sistema fiscal, etc. Simplemente se habla de aumentar ingresos por la vía control de fraude y creación de impuesto medioambiental, falta saber cómo y quién lo sufriría. Por tanto, se obligan a cumpir con la senda de reducción de déficit pero con un modelo de sistema fiscal claramente ineficiente en cuanto a su capacidad de ingresar.

Podemos añadir que, si estudiamos las propuestas, vemos que las medidas de «emergencia social» (así lo llaman) como el ingreso mínimo vital o el complemento salarial van a provocar un aumento del gasto pero sin un incremento acompasado de ingresos, como hemos comentado. Y lo que agravaría aún más este efecto sería el hecho de que las empresas pueden ver incentivadas sus posibilidades de bajar sueldos, total ya lo pagaría el Estado, con la consecuente reducción de ingresos vía IRPF y cotizaciones.

Una vez expresadas mis dudas me saltan a la mente unas preguntas:

  • ¿Quién podría aceptar un pacto en el que vas a ser el responsable de gastar pero con unos ingresos que no dependen de ti y además serán limitados en exceso?
  • ¿Piensan los firmantes del Pacto «Progresista y Reformista» que la izquierda es eso? Habrá que pasarse más por las asambleas y menos por los Consejos de Administración y Consultoras.
  • ¿Realmente se buscaba el pacto para formar gobierno o ha sido una simple estrategia para situar su discurso para la repetición de las elecciones?

Desde la izquierda se tiene hacer hincapié en que su proyecto no reside en mantener el mismo sistema que nos ahoga, sino en que el modelo de generación de riqueza nacional es diferente y alternativo. No sólo eso, además se debe explicar la creación de mecanismos de redistribución de la riqueza eficaces que permitan vivr en una sociedad más igualitaria. En definitiva, que la izquierda no es cómo desde el extremo centro y la derecha se cuenta. Tiene proyecto y no es maquillaje.

 

 

 

 

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