Reforma Empresarial


Venimos de la anterior entrada, en la que se pretendía hacer un resumen de la evolución en el tiempo de las diferentes acepciones que ha tenido la palabra empresario. Al final del mismo lanzábamos unas cuestiones, que de manera crítica voy a intentar responder. No me gustaría que nadie entienda lo siguiente como un ataque al sector empresarial, ni pretendo echarle la culpa de nada. Simplemente, la intención es señalar que no debe recaer sobre la gente trabajadora todas las reformas, quizás sería interesante enfocar las reformas en el fomento de ciertos aspectos del empresario.

Según los clásicos, el empresario era el hombre que coordinaba los factores productivos. Sin entrar en propietario o gestor, sí que parece que un buen empresario es capaz de coordinar los diferentes factores, capital (K) y trabajo (L). A mi entender, un buen empresario debe de ser capaz de planificar su negocio con suficiente antelación y perspectiva para que no le falten factores, pero que tampoco le sobren. Haciendo una reflexión, seguramente exagerada, aunque válida, diríamos que es un mal empresario (según clásicos) si se tuviera que deshacer de máquinas por una mala previsión. ¿Por qué no pensamos igual cuando le sobra mano de obra? Abaratando el despido les estamos diciendo que se equivoquen lo que quieran en mano de obra, pero no en capital. En mi opinión, mensaje erróneo.
Según Knight, el empresario era el que asumía un riesgo por pagar unas rentas a sus factores, sin tener la seguridad de lo que va a ingresar por la venta incierta de sus productos. Por este riesgo asumido es el que justificaría sus beneficios. Por tanto, hablamos otra vez, de un buen previsor que no debe equivocarse en sus previsiones. Vuelve a ser injusto que los trabajadores asuman el riesgo del negocio del empresario, o al menos que no se les compense por ello.
Para el austriaco, Schumpeter, el verdadero empresario era el que innovaba. España no necesita esa cantidad de empresarios que se crean su empresa para ir en Mercedes. Lo que se necesitan son empresarios preparados, capaces de despuntar en sus diferentes especialidades. También pueden invertir en I+D-i, aprovechando la sobrada cualificación de nuestros estudiantes.
El ejemplo de Galbraith y la tecnoestructura no es el más usual en nuestra economía, serviría para grandes empresas, que tenemos, pero no son las más representativas.
Según Kizner, un buen empresario es aquel que se avanza a las nuevas tendencias del mercado y es el primero en ver las oportunidades. Sería por tanto un mal empresario el que no está vigilante a lo que el mercado necesita y hace lo que siempre ha hecho y no se adapta a las nuevas circunstancias.
Si nos fijamos en lo que serían unos malos empresarios, se podrían explicar la cantidad ingente de despidos de trabajadores, y cierres de empresas.
En resumen, podemos decir que en España se necesitan empresarios buenos gestores y planificadores, que arriesguen, que si son innovadores y están atentos al mercado recibirán como premio unos beneficios extraordinarios. Si se tienen que destinar recursos públicos debería ser a este tipo de emprendedores. No son buenas variables para repartirlos las que no priorizan las buenas características que hemos enumerado.
Con todo, resaltaría la alta cualificación de nuestro mercado laboral, sobran las noticias de la sobrecualificación que se da en determinados puestos, o incluso, como los trabajadores maquillan su curriculum vitae a la baja para poder trabajar. Si se disponen de capital y fuerza laboral de calidad, ¿por qué el resultado no es un país puntero en industria? Puede ser que ese cuarto factor productivo no tenga la suficiente calidad.
Si nosotros no podemos competir en costes con países como China, India, Este de Europa, la solución no será abaratar costes laborales, más bien sería fomentar aquello en lo que podemos ser más buenos.
Para concluir, no me gustaría que se quedara la sensación de una crítica a los empresarios y ya está. Si han desaparecido muchas empresas, y utilizando un razonamiento de mercado, será porque no han aportado nada diferente al mismo. Para solucionarlo, en vez de fomentar la innovación, se ha aprobado una Reforma Laboral que abarata el despido de trabajadores. Permítanme que diga, que no entiendo nada. Que en vez de una reforma laboral lo que se necesita es una REFORMA EMPRESARIAL.

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